Cada cierto tiempo se ponen “de moda” algunos regímenes alimenticios y muchos se suman a éste sin saber qué es lo que implica. Por ello, hoy hablaremos de una de las “dietas” más en boca de todos de los últimos años: la alimentación PALEO.
Primero lo primero: ¿Qué es o en qué consiste la dieta Paleo?
Su origen viene del concepto de “dieta paleolítica”, es decir, la dieta o forma de alimentación de los hombres de las cavernas. ¿En qué consistía la comida de personas que vivieron hace más de 10,000 años?
Las personas que han estudiado al respecto, consideran que la alimentación de la era paleolítica consistía en aquello que era fácil de cazar o recolectar como carne, pescado, frutas, vegetales, nueces y semillas, es decir, aquello que existía antes de que se inventara la agricultura. Se trata de ir de vuelta a lo básico y comer de forma más natural.
Para una dieta paleo se toma en cuenta este concepto y se evita en medida de lo posible alimentos muy procesados o refinados como son:
- Granos de cereal como trigo, avena y cebada
- Azúcar y harinas refinadas
- Papas
- Lácteos
- Legumbres como frijoles, lentejas y chícharos
- Aceites vegetales refinados
- Sal
- Alimentos envasados
La propuesta de una dieta paleo surgió en 1975 gracias al médico gastroenterólogo Walter L. Voegtlin y su libro La dieta de la edad de piedra. El estilo de vida paleo propone que los alimentos procesados pueden causar enfermedades como obesidad, diabetes e incluso problemas cardiacos, por lo que se debe optar por no consumirlos.
Entonces ¿Qué se puede comer cuando se sigue la dieta paleo?
El principio básico es consumir aquellos alimentos que estaban disponibles en la época paleolítica y que aportan los suficientes nutrientes (proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes) para mantenerse saludable.
Si vas a seguirlo, considera integrar a tu régimen proteína animal, procedente de ganado alimentado con pastos y frutas y verduras de temporada (y de producción ecológica). También toma en cuenta incluir grasas saturadas, es decir, grasa animal de ganado sano, y frutos secos ricos en ácidos grasos omega 3 (como nueces y almendras). El aceite de oliva puede ser el complemento perfecto para la dieta paleo.
¿Cuáles son los beneficios de seguir una alimentación paleo?
Si bien, aún se continua descubriendo los beneficios que tiene en el cuerpo alimentarse de esta forma ya que difícilmente se igualarán las condiciones con las de hace 10,000 años, sí hay estudios que han demostrado que alimentarse de forma orgánica y natural, puede ayudar a contribuir con la perdida de grasa y la regularización del azúcar en la sangre.
Debido a que con la dieta paleo se consume mucha más proteína, generalmente el nivel de satisfacción (o sentirse lleno con menos alimento) es mayor, además de que se consume más grasa “de la buena”.
Sin embargo, antes de someterte a cualquier régimen alimenticio, recuerda consultar a un especialista en nutrición que te orientará sobre las necesidades específicas de tu cuerpo y te brindará una dieta personalizada y ajustada a tus objetivos.
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